sábado, 31 de enero de 2015

Un relato de vida


El cuerpo porta las marcas de quien lo habita

Nuestro  cuerpo es un relato de nuestra vida y en él
se inscriben los recuerdos. Porta las marcas de aquel que lo habita.
Escaparate, donde se muestran las arrugas, cicatrices y golpes, es 
también el lugar donde las palabras y las fantasías encuentran 
su traducción física.

Es nuestra tarjeta de presentación. Sin embargo son las palabras, 
en primer lugar las de la madre , las que desde el primer instante,
van poniendo nombre a las urgencias que inundan el cuerpo, lo van
vistiendo con deseos, expectativas, caricias.

En este intercambio, va rellenando de vida el territorio que delimita
una piel y facilita al niño ir alojándose en ese "cuerpo extraño"

Es ese viejo amigo tan íntimo y cercano como desconocido:
"Ese -ese otro que ves ahí- eres tú", dice el espejo.

Nuestro cuerpo es un collage, amasijo
de biología donde cohabitan caóticamente sensaciones, emociones
y fantasías pero es también una imagen, envoltorio que nos ofrece
la ilusión  de creernos uno.
Nos dan un nombre que nos identifica,  enlazándonos en una cadena
de generaciones y sutura algo indefinible de nuestro ser.
Objeto de rituales desde la antigüedad, sus tatuajes nos descubren
los enigmas de esas marcas indelebles.

Sus cambios nos sumen en continuos sobresaltos: desde 
las indeseadas metamorfosis de la adolescencia hasta esa mañana
en que al despertar se han ido en una nube
nuestros veinte años...

¿Dónde fueron a parar el erotismo de tu seducción, el susurro de tu voz, 
el lenguaje de tus miradas cómplices?

La moda lo adorna, lo engalana, vela el cuerpo desnudo y así lo viste
de deseo. En el baile, busca su movimiento y se lanza en brazos 
de lo desconocido hacia la vida.

A veces resulta molesto, reivindica -implacable- su edad. Es el turno
de la operación retoque en cadena: "quite de aquí, estire, ponga de allá..."
Cuerpo-objeto machacado hasta el maltrato por las leyes tiránicas
del mercado en nombre del ideal Salud.
Producto-espectáculo ofrecido al consumo audiovisual en los reality-shows,
casquería de las películas porno-gore.
Mente-cuerpo es una pareja de hecho siempre en busca 
de una armonía imposible.
De tanto en tanto algo chirría, las partes se despegan. El cuerpo se
revuelve, se duele, protesta.
Nos asaltan síntomas desconocidos y el cuerpo enfermo habla pero
la medicina de hoy parece ignorar razones del alma.

¿Por qué resulta tan insoportable escuchar a quién lo habita?
La apuesta es escucharlo y "operar" con la palabra para
deshacer sus nudos y sufrimientos.

Madrid.

No hay comentarios: